Todo está dicho. Es el tiempo de actuar, bajo unos criterios renovados y unos fines diametralmente distintos. El dinero y el dinero como propósitos únicos deben ser sustituidos por unos ideales más elevados como la bondad, la verdad y la belleza. El cambio está en la personas, en la modificación de nuestros hábitos y costumbres, en nuestra manera de percibir, experimentar y sentir nuestra relación con el entorno y las personas que nos rodean. El cambio está en nuestro sistema educativo que encierra a nuestros hijos entre cuatro paredes y los aísla de la naturaleza. El cambio también está en nuestra manera de relacionarnos con el cosmos o Dios, como quieren llamarlo. Debemos recuperar el sentido de la totalidad y convertirnos en facilitadores de la nueva conciencia integral que está emergiendo con fuerza sin que muchos aprecien sus primeros brotes. El tiempo de las religiones dogmáticas y doctrinarias que impiden el crecimiento espiritual de las personas ha quedado atrás. El amor y no el odio a quienes no piensan igual que nosotros es la fuerza que moverá el Mundo Nuevo.
La ciencia tiene que ponerse al servicio de la vida y no del complejo del poder para continuar su frenética y desesperada huida hacia delante. Nuestros planes y proyectos, frutos de una creatividad que debemos fomentar en nuestras escuelas y universidades, tienen que estar al servicio de las más altas manifestaciones de la condición humana. El arte, la cultura, la filosofía, la historia, la política tienen que conducirnos a todos al camino que nos lleva a la vida buena (eupsiquia). El ocaso del viejo mundo es inevitable. Y los primeros rayos del Mundo Nuevo e Integral iluminan nuestro presente y alumbrar el camino del futuro.
Blai dice
Brillante, cierto, bonito! 🙂
admin dice
Muchisimas gracias, Blai. Estas palabras me han surgido esta misma mañana mientras preparaba una rueda de prensa para denunciar la caótica situación ambiental de Ceuta. Hay que combatir al complejo del poder en el entorno más cercano que tengamos. Es hora de la acción y del logos. Nuestro mensaje no se dirige a la partitocracia. Nada podemos esperar de ella. Nos dirigimos a la ciudadanía para que reaccione y salga de su letargo. Hay que dejar testimonio de que otro mundo es posible. Que hay alternativas. Que una nueva conciencia, la integral, está emergiendo. Y que nosotros somos la semilla de una vida que vuelve a renacer. Un fuerte abrazo. Con todo mi afecto.