Una de las grandes frustraciones de Patrick Geddes fue constatar que ni siquiera sus más estrechos colaboradores y discípulos, como Lewis Mumford, llegarán a entender el significado y la utilidad de sus “máquinas pensantes”, en especial su “Notación o espiral de la Vida”. Todos consideraron que Geddes se había ofuscado en su intento de hacer comprender la utilidad de sus diagramas, que él llegó a considerar algo parecido a la famosa Piedra Filosofal. Así lo reflejan en sus obras algunos de sus biógrafos como Meller (1994) o Boardman (1949). Este último contaba que las personas que observaban sus diagramas más sencillos los entendían y valoraban. El problema llegaba cuando le tocaba el turno a la “Espiral de la Vida”. Así lo explica Philip Boardman: “Habiendo pedido una provisión de papel, Patrick Geddes procedía a doblar y volver a doblar hojas y a garabatear palabras en los rectángulos que así se formaban, pero a menudo las palabras estaban abreviadas de modo tal que resultaban ininteligibles hasta que se explicaba su significado. Y como el proceso de fabricar estas máquinas pensantes resultaba más gravoso para su productor que la mera explicación de lo que había querido decir con su escritura, muchas de las leyendas quedaron sin descifrar”.
Patrick Geddes no se prodigó mucho con la escritura, a diferencia de su continuador y discípulo Lewis Mumford. No obstante, durante su estancia en la India redactó un breve ensayo en el que explicó el funcionamiento de su diagrama “La espiral de la vida”. Aplicando el contenido de este ensayo, y de otros trabajos de Geddes en el que intentaba explicar el funcionamiento de su máquina pensante, hemos aplicado “la espiral de la vida” a un caso concreto, el que mejor conozco: Ceuta y mi propia vida. Creo que de esta manera será más fácil entender y aplicar la “Espiral de la Vida” a cada existencia concreta.
Comencemos, pues, por el cuadrante de la vida práctica simple, nuestros ACTOS. Estos suceden en un escenario concreto, en un LUGAR con sus particulares rasgos geográficos. Sus condiciones naturales son las que determinan la ocupación principal de sus habitantes: LA GENTE DEL LUGAR. Ceuta está rodeada de mar por tres de sus cuatro lados. El mar ha sido la fuente de subsistencia de los pobladores de Ceuta desde sus orígenes en época prehistórica, -como demuestran los hallazgos en la Cueva y Abrigo de Benzú-, y la base de su economía desde al menos el siglo I a.C, momento en el que se instala en la antigua Septem Fratres un importante complejo industrial dedicado a la producción de salazones y salsas de pescado. Este conjunto fabril estuvo en funcionamiento hasta principios del s.VI d.C. La tradición pesquera ceutí continuó con fuerza durante el periodo medieval, en el que tenemos constancia del funcionamiento de varias almadrabas y la extracción del preciado coral rojo. Las almadrabas fueron también la base fundamental de Ceuta en los siglos XVII y XVIII. Aún hasta principios de los años 70 del pasado siglo XX sigan funcionando varias fábricas de conservas y harinas de pescado. Más tiempo duraron las almadrabas que, no obstante, fueron languideciendo lentamente al mismo tiempo que lo hacían las capturas de atunes.
Como vemos, el mar ha sido el LUGAR DE TRABAJO primordial de los ceutíes. La GENTE de Ceuta ha vivido en y por el mar. Sin embargo, la falta de conciencia de la dimensión ambiental de esta ecuación de LUGAR, TRABAJO y GENTE, es decir, la contínua interacción entre MEDIO AMBIENTE, FUNCIÓN y ORGANISMO, ha llevado a la sobreexplotación de los recursos marinos y a la práctica desaparición del sector pesquero en la actividad económica de la ciudad. Esta lección aún parece que no ha sido entendida del todo por las empresas que en estos últimos años ha reanudado la instalación de almadrabetas en el litoral ceutí. La falta de una permanente observación de un mínimo programa de vigilancia ambiental está llevando al sector a su definitiva desaparición y la pérdida de una ocupación (GENTE TRABAJO) milenaria en nuestra ciudad. Uno de los motivos de este proceso, además de las aludidas causas endógenas, es la menor presencia en Ceuta de personas unidas al lugar, verdaderas GENTES DEL LUGAR, siendo sustituidas por personas para las que Ceuta sólo es el LUGAR DE LA GENTE. Un simple PUEBLO, al no alcanzar la categoría de CIUDAD por la escasez de verdaderos ciudadanos que quieran a esta tierra, trabajen por ella desde el compromiso cívico y valoren su extraordinaria belleza.