Patrick Geddes no fue el único que relacionó la vida con un espiral ascendente y dinámica. Ralph Waldo Emerson, referente indiscutible de Lewis Mumford, describió la vida como una escalera en espiral: “…despertamos y nos encontramos en una escalera, hay escaleras por debajo de nosotros por los que parece que hemos ascendido. Hay escaleras por encima que se pierden de vista”. A partir de esta idea y por su propia reflexión, otros autores han continuado, -sin establecer ningún de conexión con los trabajos de Patrick Geddes-, con la descripción de la espiral de la vida. El psicólogo Clare W. Graves, llego a afirmar que “la psicología del ser humano maduro es un proceso espiral, emergente y oscilante en continuo despliegue marcado por una progresiva subordinación de comportamientos más antiguos y de orden inferior a otros más nuevos y de orden superior, conforme van cambiando los problemas existenciales del hombre”.
Las tesis de Graves fueron enriquecidas por Richard Dawkins y su teoría de los memes. Posteriormente, Don Beck y Chris Cowan desarrollaron el concepto de la Espiral Dinámica. En opinión de ambos pensadores, “un vórtice espiral es la figura que mejora refleja la emergencia de los sistemas humanos evolucionando a través de niveles de complejidad creciente. Cada giro ascendente de la Espiral marca el despertar de una versión más elaborada sobre lo que existe en un momento dado. La espiral humana consiste, por tanto, en una cadena enrollada de sistemas de valores, visiones del mundo, y actitudes que son cada una de su tiempo y condiciones”.
La tarea de conocer y explicar la Espiral de la Vida ha sido continuada por autores como Ken Wilber, que en su libro “Un teoría de todo. Una visión integral de la ciencia, la política, la empresa y la espiritualidad”, centra su reflexión en lo que él llama la “Espiral Sorprendente”. Y también fritjof Capra, con su conocida obra “la trama de la vida”. Ninguno de ellos parecen conocer a Patrick Geddes, pero sus ideas subyacen en sus trabajos y propuestas, aunque sea de manera subconsciente.
Todos estos autores que venimos citando han caído, -desde mi punto de vista-, en cierto intelectualismo, de gran nivel eso sí, pero no han sido capaces, como lo hizo de Patrick Geddes, de describir un método, de diseñar una “máquina de pensar”, que nos ayude a dar vueltas en nuestra propia espiral vital para lograr una vida plena, rica y significativa. Nosotros hemos aplicado su método a la expansión de la vida en cada una de las etapas de la existencia y diseñado unos programas formativos que permitan desplegar la espiral de la vida. Ahora se trata de aplicar, pues como decía Geddes, “vivendo discimus, creando pensamus” (aprendemos viviendo, pensamos creando), a lo que añadió su discípulos Lewis Mumford, “agendo parlamos, dubitando agrimus” (hablamos actuando, conveníamos dudando).