Llevo varios días atrapados por las Musas. He intentado descifrar el cuadrante de la vida plena efectiva de la espiral de la vida dibujada por Patrick Geddes y creo que me estoy acercando a la solución de este complicado enigma. En la base, como se indica en el diagrama, se sitúan Erato que representa el amor, o sea, la Bondad; Polimnia, la Musa de la Sabiduría que se alcanza gracias a la búsqueda de la Verdad; y Euterpe, la divinidad del Arte, es decir, de la Belleza. La Bondad, la Verdad y la Belleza puesta en acción sinergética nos conducen a la carrera personal, a la historia y al éxito, representadas, respectivamente, por las Musas Calíope, Clío y Talía. Llegamos, así, a las Musas superiores del Parnaso, -Melpomene, Terpsícore y Urania-, reinas de la Tragedia, el ritmo y el cosmos, con las que llegan a encontrarse quienes han dedicado su vida a los ideales superiores del ser humano que constituyen la Bondad, la Verdad y la Belleza.
Nuestra vida cobra significado cuando el camino de la vida tiene como meta la bondad, la verdad y la belleza. Erato alienta actos de amor dirigido a nuestros semejantes y a todas las formas de vida. Polimnia nos anima para proseguir en nuestro desarrollo intelectual y en la búsqueda de la verdad, Y Euterpe nos inspira para dar forma a nuestro ser interior a través de la creación artística Un amor dirigido hacia todas las formas de vida y acción etho-política para cuidar y favorecer la vida. Sabiduría para compartir nuestro pensamiento con los demás, pues como afirmó Lewis Mumford: «sólo aquellos que día a día tratan de renovarse y perfeccionarse serán capaces de transformar nuestra sociedad, mientras que aquellos que estén ansiosos por compartir sus altos dones con la comunidad entera, -en verdad, con toda la humanidad., serán capaces de transformarse a sí mismos». Y arte para expresar la Verdad que reside en el interior de cada uno de nosotros, ya sea mediante la pintura, la escultura, la fotografía o cualquier otros tipo de expresión artística.
Según vamos completando las fases de nuestra vida se incrementa nuestra grado de participación activa en la vida cívica del lugar en que el vivimos. Caliope nos ayuda en este empresa facilitándonos la suficiente elocuencia y Talia celebra los éxitos colectivos que hemos conseguido impulsar y alentar.
Llegamos así al plano superior de nuestra espiral de la vida. Melpomene nos recuerda el sentido trágico de nuestra existencia: la finitud de la vida. Ello nos anima a vivir de manera equilibrada y activa, siguiendo el ritmo que nos marca Terpsícore, y con el objetivo de lograr una vida digna y rica en la plenitud que encarna la Musa Urania. Nuestros logros y hazañas son nuestra aportación creativa a la constante renovación de la vida.
Llegado a este punto uno mira para atrás para descubrir que mi vida cobra un sentido, el de la espiral de la vida, a la que he dedicado tampoco descifrarla, y un significado. Nací en Ceuta para impulsar un cambio en la conciencia colectiva e imprimir ritmo a la política cívica del lugar que me vio nacer y en el que trabajo y vivo. He dedicado mi vida a la defensa de la vida y del patrimonio heredado, al estudio de la historia local y a la expresión de mis pensamientos todos aquellos medios que he considerado efectivos.
He querido que mi voz se escuchara, para lo que he contado con la inspiración de Calíope. He contado lo que tenía que decir y creo haber contribuido, aunque fuera de manera modesta, a la difusión del pensamiento de Patrick Geddes y Lewis Mumford. Sus ideas me ha servido para movilizar a un grupo de ceutíes en la acción cívica dirigida a la defensa, estudio y difusión del patrimonio cultural y natural de Ceuta. Sólo la Musa Talia sabe si he conseguido el éxito en esta empresa o si lo conseguiré en el futuro. Queda mucho por hacer y sólo la política sinergética será capaz de superar los retos ambientales, sociales y económicos a los que se enfrenta la humanidad.
Me siento mucho veces como Melpomene: pensativo, meditabumdo, triste, desencantado…Pero cuento con la ayuda de Terpsícore que en estos momentos de abatimiento personal es capaz de imprimir el ritmo que necesito para lograr mis objetivos personales y profesionales.
No me considerado una persona especial. La vida que yo vivo está al alcance de cualquiera. Todos y cada uno de nosotros hemos nacido con un propósito. Si somos capaces de cerrar los ojos y calmar nuestra mente las Musas nos comunicarán para qué estamos aquí y cuál es nuestra misión vital. Yo, como muchos otros, hemos «ido a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido».
Llevo un mes raptado por las Musas, como diría mi admirado Javier Gomá. Ellas me han inspirado para ayudarme a entender y desvelar muchos claves sobre la cuestión de «dónde y para qué» vivo. El «dónde» es Ceuta y mis hallazgos han quedado plasmados por escritos en los artículos que a lo largo del último mes he ido publicando en este mismo blog. Este «dónde» está estrechamente ligado al «para qué» estoy en este mundo. Sin duda, no lo hubiera logrado sin la ayuda de las ideas de Patrick Geddes y su discípulo Lewis Mumford. Ellos me han aportado buena parte de los materiales con los que he construido mi pensamiento y han impulsado mi acción cívica, intelectual y creativa.
Somos lo que pensamos, lo que se refleja nuestro manera de ver, sentir, comprender, pensar, imaginar y actuar, hasta el punto que puede cambiar hasta nuestro propia biología, como ha demostrado el biólogo molecular Bruce Lipton en sus trabajos. Y yo soy lo que soy gracias a las aportaciones de Geddes, Mumford y otros muchos autores que me han acompañado en este proceso de crecimiento y madurez personal.
Soy lo que soy gracias al lugar en el que nací y vivo.
Soy lo que soy gracias al contacto con mis familiares y amigos.
Soy lo que soy gracias al despertar que he conseguido de mis sentidos, en lo que me ha ayudado mucho los muchos libros que me han abierto una puerta a niveles superiores de entendimiento y conciencia.
Soy lo que soy gracias a las experiencias vitales acumuladas y los conocimientos adquiridos a lo largo de mi vida, en la escuela, el instituto y la Universidad.
Soy lo que soy gracias a mi acción cívica en pro de la defensa del patrimonio natural y cultural, ejercida mediante la palabra y mi capacidad sinergética para trabajar con otras personas en el diseño de proyectos educativos, científicos, creativos y profesionales, siempre tendentes a la conservación, protección y restauración de la naturaleza y el patrimonio cultural de Ceuta.
Soy lo que soy gracias al tiempo que me ha tocado vivir. Como historiador soy conocedor y consciente de los distintos procesos de transformación de la conciencia por la que ha pasado el ser humano. En esta empresa me han ayudado autores como Jean Gebser, Joseph Campbell, Ken Wilber o Leonardo da Jandra, y por supuesto, mis maestros Patrick Geddes y Lewis Mumford. A ellos les dedico este trabajo y les agradezco su inspiración.
Soy lo que soy gracias a ellos. Muchas gracias.