En el método analítico la acción tiene un carácter exclusivamente bidireccional. Como representamos en la siguiente diapositiva, el sujeto activo, en este caso un agricultor (A) actúa sobre una parte pasiva, el campo de cultivo (B).
O puede suceder justo lo contrario. Cuando llueve, por ejemplo, la parte pasiva es el propio ser humano y la activa es la naturaleza que a través de la lluvia aporta el agua necesario para que puedan vivir nuestros árboles y nuestros campos nos suministren el sustento necesario para nuestra subsistencia.
El método analítico no es sólo una manera de actuar, sino también de observación. Ya no hablamos de parte activa o parte, sino de sujeto objetivo o subjetivo. En la primera de las posibilidades que contempla el pensamiento analítico, un sujeto objetivo, -en el caso que nos sirve como ejemplo, un pintor-, observa una realidad y a través de su mente refleja su visión subjetiva en un cuadro.
Pero sucede que quién consideramos objetivo, el ser humano, no lo es, pues como demuestra algunos juegos mentales no todo es lo que parece y nuestra visión nos juega alguna que otra mala pasada y nos lleva a engaño. Para ejemplarizar lo que estábamos intentando explicar nos apoyamos en el conocido caso de la silla de Beuchet, a partir de un interesante vídeo producido por National Geographic
A esta altura era ya evidente que el método analítico se basa en principios reducionistas y limitados que merecen una profunda crítica, cuyos principales puntos son los que exponemos a continuación:
El cuestionamiento del pensamiento analítico dio lugar a la emergencia del pensamiento sintético, basado en los siguientes principios:
Gracias al siguiente ejemplo explicamos a nuestros alumnos cómo se piensa y actúa cuando operamos desde la concepción sistémica.
Cuando no seguimos las pautas del pensamiento y la acción sistémica puede que nos ocurra algunas de las cosas que mostramos en la siguiente diapositiva. En el primer caso, al cruzar el río no hemos realizado un adecuado análisis de las condiciones del río, ni hemos sintetizado de manera adecuada toda la información disponible. O puede que carezcamos de los conocimientos necesarios para evaluar adecuadamente la situación y al final actuamos de una manera irreflexiva e imprudente que puede acabar con nuestra vida. También es posible que debido a nuestra falta de observación detallada, análisis y síntesis optemos por soluciones innecesarias y costosas, cuando usando nuestra capacidad de análisis y síntesis podemos cruzar el río de forma fácil, sencilla y económica. La sociedad actual es muy dada a utilizar medios excesivos que tienen un alto coste ambiental y energético, cuando las cosas podrían hacerse de una manera mucho más sencilla y barata.
Ya a finales de siglo XIX comienza las primeras críticas al pensamiento analítico. En el campo de la geografía una de las voces más cualificadas que empiezan a escucharse es la Frederic Le Play. Durante muchos años, Le Play estudia las condiciones de trabajo de los mineros ingleses y reflexiona sobre la interacción entre los mineros y las minas. Nace así su formula de «lugar, trabajo y gente». Para Le Play, entre la mina y el minero se establece una relación sinérgica en la que al mismo tiempo que el minero modifica el lugar mediante su trabajo, las condiciones que el mismo crea influyen en su estado físico y mental. De esta idea surgen los primeros movimientos tendentes a dignificación de las condiciones de trabajo y la necesidad de establecer unos vínculos respetuosos como el medio ambiente.
En 1879, el joven estudiante Patrick Geddes, después de estudiar zoología con el profesor Thomas Huxley en la Real Escuela de Minas de Londres, se desplaza a la Universidad de la Sorbonne, en Paris, donde establece el primer contacto con las teorías de Comte y Le Play. Conoce a este último y se muestra muy interesado en su formula de «Lugar, Trabajo y Gente». Como botánico, no tarda en establecer una relación entre esta formula geográfica con la medioambiental de «Medio Ambiente, función y Organismo». En ambos casos se establece una relación interactiva en la que, como explicita el siguiente ejemplo, «Holanda hace al holandés» y el «holandés a Holanda».
Geddes percibió, sin embargo, lo inadecuado de la formula de Le Play al forzársela a expresar el aspecto activo de la ecuación en los mismos términos que el pasivo, por ejemplo, la «Gente» sobre la que se actúa es lo mismo que la «Gente» en acción; en tanto que, por supuesto, la Gente Pasiva (sobre la que se actúa) reflejará propiedades diferentes a la Gente Activa, por más que se trate del mismo «organismo» en ambos casos. Por consiguiente Geddes amplio la formula añadiendo a la parte pasiva de la izquierda, un lado activo representado por la política, la sinergia y la política.
Geddes descubría también otro lado en esto, especialmente el aspecto subjetivo, interno, o lo que el llamaría el mundo de adentro. Como biólogo tenía conciencia de que faltaban los factores psicológicos y culturales. Por consiguiente amplió más el diagrama dando lugar al primero bosquejo de su notación o espiral de la vida.
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