La inmensa mayoría de las empresas y entidades públicas buscan saciar las necesidades básicas del ser humano, -agua, alimentación, abrigo, viviendas-, y así, gradualmente, pretenden satisfacer los deseos de seguridad, comunicación y cooperación. Sin embargo, pocas atienden aquellas necesidades que dan sentido y significado a la vida. Nos referimos a las necesidades que estimulan la actividad espiritual y promueven el crecimiento espiritual: orden, continuidad, significado, valor, objetivos y designio. Necesidades de las que, según Lewis Mumford, han surgido el lenguaje, la poesía, la ciencia, el arte, la religión. La más profunda, la más orgánica, de estas elevadas necesidades es el amor.
Desde este espacio web queremos facilitar que personas, empresas y organizaciones orienten su existencia y actividades a la defensa y potenciación de la vida. Pretendemos facilitar la transición desde el vigente complejo del poder a uno orgánico; de la economía del dinero a la de la vida, por eso hemos elegido como uno de los lemas de esta página las palabras de John Ruskin: «No hay riqueza sino vida». El objetivo final es que todas las personas tengan la posibilidad de disfrutar de una vida digna, plena y significativa. Que todos, en definitiva, estemos en condiciones de alcanzar la totalidad, la individuación, la autonomía y la creatividad.
Para lograr este objetivo hemos constituido esta Escuela de Vida siguiendo los principios expuestos por Patrick Geddes en sus obras, y los de otros autores que han participado en este esfuerzo como Rudolf Eucken. Waldo Frank o Lewis Mumford. La función de esta Escuela de Vida es desarrollar una forma teoría-práctica de vivir, a partir de una nueva concepción del pensamiento y sirva como fundamento de las formas de acción y de los proyectos de vida. En nuestra escuela, a diferencia de las tradicionales, pensamiento y acción aparecen unidas. Por esto motivo en el logo de nuestra escuela figura el lema de Patrick Geddes, Vivendo Discimus, «aprendemos viviendo». Geddes consideraba que solo pensando las cosas a medida que se las vive, y viviendo las cosas a medida que se las piensa, puede decirse de un hombre y de una sociedad que piensan y viven de verdad. La interacción de pensamiento y acción, de ideal y de hecho, son importantes para el ser humano, ya sea como trabajador, ciudadano o pensador. Sin este constante tejer entre la vida interior y la exterior, entre el mundo de adentro y el de afuera, entre el pensamiento y la acción, no podremos superar la crisis multidimensional que afecta al conjunto de la humanidad.
En nuestra Escuela de la Vida queremos que nuestros alumnos aprendan «a degustar y a manejar el placer, a descubrir la socialidad y a perfilar la individualidad, a asumir la naturaleza como una forma de su propia existencia y a vivir la transnaturaleza en y a través del lenguaje y la cultura» (Botero Uribe, «Vitalismo cósmico»). Nuestra escuela busca que nuestros alumnos aprecien las puestas de sol y los amaneceres, la luna y las estrellas, las maravillas de los vientos, las nubes y la lluvia, la belleza de los bosques, la luna y los campos.
Deseamos inculcar una educación holista para que cada cual pueda crecer y ampliarse a través de la espiral de la vida en una evolución personal. El resultado será una persona dotada de una personalidad propia que determinará el principal servicio que presta durante su vida.
La naturaleza está siempre presente en nuestra Escuela de la Vida. Nuestros alumnos dispondrán de su parcela en el jardín de la escuela y su banco en el taller de artesanía. Y es que en nuestra Escuela de Vida antes de comenzar la formación de nuestros hijos por las tres R, (Reading, wRiting, aRithmetic), es decir, la lectura, la escritura y la aritmética, lo haremos por las tres M (Madre, Mano y Mente), -pues en ese orden se desarrolla el ser humano-, y las tres H (Heart, Hand y Head), Corazón (sentimientos y emociones), Mano (aprender haciendo) y Cabeza («libros» o aprendizaje intelectual). De este modo, las excursiones son una actividad habitual. Deseamos darles a todos la perspectiva del arte, que comienza con el arte de ver; y luego sigue con lo de ver el arte, e incluso con lo de crearlo.
No faltarán en nuestra Escuela de la Vida la perspectiva esencial del astrónomo, el geógrafo, el matemático, el ingeniero, el físico, el químico, el geólogo, el biólogo, el antropólogo, el arqueólogo, el historiador, el sociólogo, el arquitecto, el filósofo, el psicólogo, el economista y el poeta.
Nuestra Escuela de la Vida lo es también de los sentidos. Como dijo Patrick Geddes en su última conferencia, «el ojo es ante todo importante para la vida intelectual (¿Ves?)». Contemplar, reflexionar, observar son las acciones que nos conduce al pensamiento, a la conformación de ideas, ideales e imágenes y, desde allí, a la realización y la creación tangible e intangible. El oído es importante para la exhortación emocional. De ahí que el disfrute del silencio y de la música sean clave en el método de enseñanza de la Escuela de la Vida. Relacionado también con la música está el sentido muscular y éste con las matemáticas. Nuestro sentido de la orientación está vinculado a la moral y el carácter. No andamos descaminados cuando calificamos el carácter como «firme» y «bien equilibrado», desorientado y desequilibrado. Precisamente para conseguir un reforzamiento del carácter organizamos para nuestros alumnos actividades de orientación en la naturaleza. Los sentidos, como vemos, están vinculados a nuestras ideas, personalidad y facultades. Educarlos es vital para alcanzar el ideal de vida que perseguimos.
Así como la educación intelectual está vinculada a los sentidos, la imaginación y la cultura en el sentido literal de «cultivar», la educación emocional implica la re-religión y re-política, comenzando por la ciencia cívica. Ambas convergen y se armonizan. De modo que la ética y la política se unen así en eto-política, la cual, pese a todos los desalientos, reveses y numerosos casos de corrupción es siempre la política venidera. Biología y psicología se une igualmente para conformar la bio-psicología y psico-biología, haciendo gala del aquel viejo lema «mens sana in corpore sano» de Juvenal.
Buscamos una educación intelectual, ética y estética que nos reconcilien con las virtudes clásicas de Verdad, Bondad y Belleza.
Trabajamos para desarrollar un método para vivir, enseñar y trabajar, así como lograr una comprensión más cabal de la vida en su totalidad.
Nuestra Escuela de Vida ofrecerá a nuestros alumnos cursos, talleres y eventos presenciales en Ceuta, así contaremos con una plataforma de formación on-line para aquellos interesados en disfrutar de nuestros productos formativos.
A empresas, fundaciones y organismos públicos le ofrecemos productos y servicios basados en nuestro visión de la educación, el arte y la cultura. Para sus empleados estamos desarrollaron programas específicos de formación en pensamiento integral, creatividad y ética.