Hoy, 17 de febrero de 2017, a las 13:09, termino éste que es mi séptimo cuaderno de anotaciones. Buena parte de su contenido no ha sido compartido con nadie. Mi propósito es ir publicando los escritos que contiene en cuanto encuentre el momento oportuno. Constan en esta libreta relatos sobre mis experiencias en la naturaleza, así como reflexiones personales, algunas de ellas referentes a las personas que más quiero: mi mujer, mis hijos, mis padres y hermanos. Ellos son los destinatarios de esta parte de mis escritos. El resto son de dominio público y fueron redactados pensando en los dioses y diosas como representantes de la inabarcable y eterna totalidad. Ellos son los que consiguen que mi alma se emocione y logre momentos de éxtasis espiritual. Ellos me iluminan y dan calor, haciéndome sentir un hijo amado y respetado. Crezco a la luz de su poder, como lo hacen todos los seres de la naturaleza. Mi alma se expande cuando el espíritu divino penetra en mi interior y me vuelvo ligero como una nube que se deja arrastrar por el viento confiada en su destino. No puedo sentir más que agradecimiento por este sentimiento de profundo amor que siento por la naturaleza y por permitirme beber de la fuente de la eterna juventud y alimentarme de los frutos del árbol de la vida. Mi alma está sana y serena. Avanzo con decisión y alegría por el camino de la vida.
Deja un comentario