Ceuta, 5 de enero de 2017.
En la hora acostumbrada, entre las 7:30 y las 8:00 h, me he puesto a escribir. Antes de hacerlo me he asomado por la ventana para absorber la esencia del nuevo día que ya anuncia su llegada. Por el horizonte empieza a clarear el cielo nocturno tomando una tonalidad azul que me encandila. No hay ni una sola nube. En el firmamento aún es posible contemplar las estrellas más brillantes, como Antares y Spica, así como al imponente planeta Júpiter. En cuando les alcance la luz del día desaparecerán de nuestra mirada.
Hoy es un día muy especial para los niños. Los Reyes Magos llegan esta tarde a Ceuta y pasearán con sus carrozas y caballos por las calles de nuestra ciudad. Ver las caras de ilusión de los niños alegra el corazón. Ayer mi pequeña Sofía reclamó, muy excitada, mi atención: “Papi, papi. Mira, mira. Una estrella”, señalando la que ésta instalada junto a los muros de la fortaleza del Hacho. “Sí, Sofía. Es la estrella que anuncia la llegada de los Reyes Magos y se ha parado sobre el castillo del Hacho porque los Reyes Magos están a punto de llegar a Ceuta”, le dije.
La respuesta de Sofía me llegó al alma. Con los ojos encendidos de emoción me dijo: “¡Papá, un castillo de verdad! ¡Con princesa!» “Claro, claro”, le contesté. “En su momento allí vivió una bella princesa con sus papis y sus hermanos, pero ya no están allí”. Estoy seguro que mi hija estaba pensando en el castillo de princesas que ha pedido a los Reyes Magos.
Esta conversación con mi pequeña Sofía, de tan solo cuatro años, me mostró la distinta manera que los niños tienen de mirar el mundo. Sin duda es una mirada inocente, ingenua, alejada de la cruda realidad, pero cargada de sentimientos, emociones y una desbordante imaginación. Su mundo interior está habitado por superhéroes, reyes y princesas, dinosaurios y otros seres fantásticos. Es muy importante, como aconsejó R.W. Emerson, cuidar la imaginación y quererla, sin permitir que la destierre el amor al dinero o las posesiones materiales. No debemos tampoco reprimir el entusiasmo. Como dijo Thoreau, en la madurez es fácil caer presa del desánimo. “la vida nos parece que no será más que algunos días como los que ya hemos vivido, pues no ser verá alentada por más amigos y amistas, sino, probablemente cada vez por menos…Creemos desanimados que lo que queda de la vida es esta experiencias repetida cierto número de veces, y así sería, si no fuera por la facultad de la imaginación”.
Nuestras experiencias vitales son las que alimentan y enriquecen nuestra imaginación. La naturaleza y el cosmos están repletos de símbolos con los que construir un esplendoroso mundo interior. Un mundo en el que puede seguir viviendo ese niño que llevamos dentro. En la vigilia y en el sueño nos visitan imágenes de nuestro pasado individual, pero también del inconsciente colectivo, como lo denominó Carl Gustav Jung. Toda la memoria de la humanidad y del cosmos está incluida en nuestra mente. Llevaba razón Platón cuando afirmó que aprender es recordar. Y este día es importante que recordemos que un día nosotros también fuimos niños.
El desarrollo de la capacidad imaginativa es fundamental para la plena realización de la vida. Como dijo Lewis Mumford: “este es uno de esos periodos en que sólo los soñadores son hombres y mujeres prácticos”.
Patricia Basher dice
Creo que debemos mantener vivo por mucho que nos cueste esa pequeña Sofía que todos llevamos dentro, los ojos de la inocencia y la vista limpia de prejuicios y estructuras sociales que tanto dañan nuestro espíritu y creatividad.
Hace pocos días, mi hermana, aprendiz de sabia me dijo «los hombres se pueden dividir entre ensoñadores y acechadores, los ensoñadores contemplan, los acechadores buscan relaciones entra A y B, a través de la lógica. Solo cuando un ensoñador consigue (aunque es muy difícil) despertar su faceta de acechador y viceversa, se consigue la iluminación»
no sé de dónde haya sacado esa teoría pero reflexionando sobre ella me suena a verdad, y creo que nosotros, los ensoñadores, los que tenemos presente nuestra Sofía, vivimos el mundo desde el alma.
Muchas gracias por otro post precioso José Manuel. Abrazos.
admin dice
Por supuesto, querida amiga. Cada día tengo más claro que el secreto de la felicidad es mantener vivo a ese niño o niña que todos llevamos dentro. Tengo la suerte de tener dos hijos pequeños que aún mantienen la mirada limpia y el corazón despierto.
Por el comentario de tu hermana deduzco que es una aprendiz muy avanzada de sabiduría. Sin duda tienen en ti a un magnifica maestra. Como dijo Mumford, vivimos en un tiempo en el que sólo los soñadores son hombres y mujeres prácticos. Hay que contemplar el mundo de una manera desprejuiciada, libre de esa ansiosa búsqueda de una razón o lógica para todo. Hay que dejar espacio para la imaginación y la magia. El mejor modo de ver el mundo es con los ojos del alma. Somos almas afines, Patricia, por lo que cada día agradezco que el destino haya querido que nuestros caminos se cruzaran.
Muchas gracias a ti por tu comentario. Saber que estás ahí es un gran aliciente para seguir escribiendo. Abrazos,