A través de la señal de alarma emitida por mi admirado amigo el Profesor Mhammad Benaboud en las redes sociales, he tenido conocimiento de la intención del Ayuntamiento de Tetuán de rellenar con tierra y tapar, definitivamente, las mazmorras tetuaníes. La excusa esgrimida por las autoridades municipales de Tetuán es el peligro de derrumbe de las casas existentes sobre las mazmorras. En vez de restaurar estas casas y consolidar los cimientos, para los que hay suficientes medios técnicos en la actualidad, se han decantado por la solución más rápida y económica: llenarlas de tierra y clausularlas. De poco ha valido el compromiso adquirido por las autoridades tetuaníes, ante el rey de Marruecos, de emprender la restauración y adecuación para la visita de las mazmorras de Tetuán. Incluso se hablaron de cifras concretas, cinco o seis millones de dírhams, reservados por el departamento de Cultura de Tetuán para llevar a cabo estos trabajos.
La importancia patrimonial de las mazmorras de Tetuán es innegable. Se trata de un bien cultural de primer orden que trasciende lo estrictamente local o nacional. Es un patrimonio mundial, como lo es la misma Medina de Tetuán, reconocida por la UNESCO como patrimonio de valor universal en el año 1997. Tetuán es fruto de una mezcolanza de culturas y civilizaciones norteafricanas y mediterráneas. Fue reconstruida en 1483-1484 por un grupo de moriscos granadinos capitaneados por Sidi al-Mandari o Mandri, iniciándose un periodo de destacada revitalización urbanística, cultural y artística. A partir del impulso de este pequeño grupo de andalusíes nació una de las medinas más bellas y espléndidas del norte de África.
Según el historiador Guillermo Gozalbes Bustos, la excavación de las mazmorras fue obra del Mandari con el objetivo inicial de encerrar en su interior a los esclavos cristianos, cuyo número alcanzó en tiempos de León el Africano el de tres mil presos. Por lo demás no contamos con un estudio arqueológico e histórico detallado de estas valiosas estructuras subterráneas. Entre ellas cabe destacar los altares y hornacinas para el culto cristiano, probablemente iniciado, en opinión de G. Gozalbes, con el restablecimiento de las misiones franciscanas en Maruecos en 1630. De estas fechas hasta 1795, fecha en la que el sultán Mawlay Sulayman libera a los últimos cautivos, las mazmorras fueron la triste morada de cautivos y presos.
La importancia de estas mazmorras fue reivindica el pasado año durante el Primer Coloquio Internacional sobre Marruecos y Tetuán en la obra de Cervantes. Tal y como se expuso en el transcurso de este encuentro cervantino, las mazmorras de Tetuán fueron mencionadas por Cervantes en algunas de sus obras, como el mismo Quijote, “Los tratos de Argel”, “La gran sultana” y “La ilustra fregona”. En todas estas referencias se alude a los cautivos encerrados en las mazmorras tetuaníes.
Estamos, pues, ante un patrimonio cultural tangible e intangible de enorme importancia y trascendencia para Tetuán, Marruecos, el norte de África y toda la koiné mediterránea. No es un asunto única y exclusivamente concerniente a las personas que, como el Profesor Benaboud, han alzado su voz para evitar la ocultación definitiva de las mazmorras de Tetuán. Todas las entidades nacionales, extranjeras e internacionales, las asociaciones de defensa del patrimonio cultural, así como todas las personas amantes de la historia, la cultura y el arte deben sumar sus fuerzas para evitar la pérdida de un patrimonio cultural singular y único. Tenemos el deber ético de sumar voluntades para que las mazmorras de Tetuán sean protegidas, conservadas, restauradas y convenientemente acondicionadas para su visita. Son un símbolo de un pasado que une a Europa y a África, a Oriente y Occidente. Fueron un ingrediente fundamental para la imaginación literaria y poética para autores tan importantes como Miguel de Cervantes y otros insignes escritores. Representan estas mazmorras un arte constructivo subterráneo único en el mundo, resultado de una sabiduría milenaria en el aprovechamiento de las grutas naturales.
Los interesados por el patrimonio cultural debemos unir nuestra voz para que se respeten las mazmorras de Tetuán como un patrimonio de importancia mundial. Entre todos podemos hacer cambiar la postura de las autoridades de Tetuán y lograr que cumplan su compromiso de restaurarlas y ponerlas en valor. Debemos hacerlo por el bien del patrimonio tetuaní, pero, sobre todo, por el desarrollo económico y turístico de la bellísima ciudad de Tetuán. Estas mazmorras pueden y deben convertirse en un recurso turístico de primer nivel para Tetuán.
Termino este escrito solicitando tu apoyo a una causa tan noble y necesaria como la conservación, restauración y apertura al público de las mazmorras de Tetuán. Juntos podemos lograrlo.
Deja un comentario