Ceuta, 29 de agosto de 2016.
De nuevo en Ceuta. Esta mañana hemos salido muy temprano de Granada. Cuando he ido a abrir el coche para cargarlo con el equipaje he fijado mis ojos en el firmamento, que anunciaba la pronta llegada del sol. Sirio brillaba en todo su esplendor y, cerca de esta estrella, la constelación de Orión estaba perfectamente dibujada en el cielo. En ese instante, me ha venido a la mente el libro que hace poco he leído: “Código Egipto”, de Robert Vaubal. Según este investigador, Sirio y el cinturón de Orión eran las estrellas más apreciadas por los antiguos egipcios al representar, respectivamente, a la diosa Isis y a su esposo Osiris. La presencia de ambos en el firmamento era el símbolo inequívoco de la crecida fertilizante del Nilo.
Tras unas cuantas horas delante del volante, y ya en el barco, he visto en el grupo de aficionados a las aves un mensaje que alertaba del impresionante paso de rapaces por Ceuta. Y, efectivamente, al desembarca en la ciudad he observado un elevado número de abejarucos y milanos volando sobre Ceuta. Incluso desde la ventana de mi cuarto las he visto pasar con sus espectaculares vuelos. Aunque estaba cansado del viaje he venido hasta el mirador de Benzú para observar el paso de las aves y, de camino, contemplar la puesta del sol desde este privilegiado mirador.
Son ahora las 20:25 h. Quedan apenas veinte minutos para la caída del sol. Sopla un suave viento de poniente, cálido y seco, que trae hasta mí el mentolado olor de los eucaliptos cercanos. El mar está en calma y a los lejos diviso la isla de las Palomas.
A los pies de la majestuosa figura del Atlante dormido el sol reposa antes de iniciar su descenso al inframundo. Su fuerza no es la de semanas anteriores. Veo como su rostro se deforma adoptando un perfil que parece humano. No distraigo mi mirada de su antropomórfica cara que desaparece en mitad del Estrecho.
Las nubes dibujan una corona de duelo sobre el lugar en el que el sol ha muerto. Cuando parece que todo ha terminado se enciende una intensa luz roja en el horizonte. Una luz que corresponde al color de las llamas del mismo Hades que se hacen visibles al abrir sus puertas para recibir al sol. En cuanto el rey astro ha entrado las puertas del infierno vuelven a cerrarse y yo regreso a casa.
najib bendaoud dice
Gracias por este viaje en el cielo desde Granada hasta Ceuta
Najib Bendaoud poeta de Tetuan
admin dice
Muchas gracias a ti por tu amable comentario, Najib. Un placer tenerte entre mis amigos. Un cordial y afectuoso saludo,
ANA ROMÁN dice
Querido Jose Manuel. Gracias por tu sensibilidad y por permitirme evocar el descubrimiento de Ceuta.
Me has conmovido y has mejorado mi semana… Un abrazo enorme
admin dice
Querida amiga. No hay nada que más me satisfaga que conseguir con mis palabras conmover a quienes tienen la sensibilidad para hacerlo y mejorar su estado interior. Un abrazo fuerte también para ti.