Ceuta, 16 de noviembre de 2016.
Son las 22:05 de la noche. Hoy es día de luna llena. Es la primera vez que bajo al Sarchal para contemplar la playa Hermosa a la luz de la luna. Escribo con la única luz de la mágica luna. No sé si cuando regrese a casa reconoceré mi propia letra.
El mar está en perfecta calma. Si no fuera por la línea del horizonte no se distinguiría el mar del firmamento. Todo es de un color azul metalizado, similar al del acero.
El reflejo de la luna sobre el mar es de un blanco deslumbrante, muy distinto al dorado del sol. El mar burbujea entre las piedras como si hirviera en un cazo un sorbo de vía láctea. Mientras, en la playa, el reflejo de las luces de la barriada del Sarchal y de la fortaleza del Hacho le da un tono cobrizo al mar. Sobre la ciudadela fortificada unas nubes bajas le otorgan un aspecto fantasmagórico.
…Apenas veo la libreta, por lo que me sirvo de la linterna del móvil para seguir escribiendo. Fijo mi mirada en los arrecifes de la playa que parecen escorias de hierro caídos de la fragua de Vulcano.
Con el trasfondo del silencio escucho ensimismado una doble melodía: la de las olas muriendo en la playa con resignación y el del fluir del agua marina que me recuerda al sonido de un fuente sagrada y mágica. De vez en cuando se oye el sonido de un ave que no consigo identificar.
La luna llama mi atención y le escucho decirme: ¿Cuándo hablarás de mí? Le contesto que la he dejado para el final porque es la que más quiero. Como es muy coqueta le agradan mis palabras…y nos quedamos mirando el uno al otro. ¿Por qué eres tan bella, amada luna? ¿Qué secretos escondes en tu cara oscura? Tu luz tenue y blanca me encandila. Eres la musa de los poetas y la inspiración en mi vigilia y en mis sueños. En tu compañía nada temo. Tu porte es majestuoso y tu cercanía la que más deseo en mis noches de insomnio. Quiero beber de la blanca leche que viertes sobre el mar en las noches de tu divina plenitud. Las horas junto a ti pasan como si fueran segundos. Llevo contigo una hora y me ha parecido el tiempo de un rápido parpadeo. Es hora de volver. Llevo conmigo el recuerdo de una experiencia memorable. Gracias luna por hacer de las noches un momento mágico.
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