Entre los pasados día 1 al 3 de mayo de 2015 se ha celebrado en Miraflores de la Sierra (Madrid) el primer encuentro de reflexión sobre revolución integral. Esta reunión partió de la iniciativa de un grupo de personas afines a la obra y el pensamiento de Félix Rodrigo Mora. La mayor parte del peso organizativo recayó en Sofía Armenteros y David Algarra, pero también han sostenido esta difícil carga otras personas como Vanesa, Héctor, Miguel, María y Jesús Tejo, entre otros. Este último ha sido la persona con la que he compartido más tiempo y conversación. Tuvo la gran amabilidad de recogerme en la estación de Collado Villalba y la hospitalidad de acogerme en su casa durante la noche previa a mi regreso a casa. Jesús ha jugado un papel importante, junto a María García, en la elección del lugar donde nos íbamos a reunir, comer y dormir. La elección ha sido muy acertada. El albergue del Colladito ofrecía unas instalaciones adecuadas para el encuentro y un entorno ambiental de gran belleza.
Una de las primeras personas a las que vi y reconocí fue a mi querido amigo José María Peiró. José María es, sin lugar a dudas, la persona con la que mantengo un contacto más fluido de todos los amigos y amigas que he hecho gracias al entrar en contacto con la obra de Félix Rodrigo Mora. Al verlo nos dimos un fraternal abrazo, como no podía ser de otra manera. También pude hacer un gesto similar con amigos como David Algarra o Joan Enciam. Me hubiera encantado darle también un fraternal abrazo a mi también querido amigo Blai Dalmau, pero al final no pudo ser. Ya habrá otra oportunidad para conocernos en persona. La ronda de abrazos no quedo ahí. La murciana Isa Galindo ofrecía abrazos gratuitos y nos hemos dado varios durante estos días.
Como sucede en todas las reuniones, sobre todo cuando se dan cita muchas personas,- más de cien en este primer encuentro sobre revolución integral-, no siempre tiene uno la oportunidad de conversar con todos y cada uno de los participantes. Se dan muchas circunstancias para el explicar el porqué llegamos a hablar con unos más que otros. La casualidad juega un papel importante. Al final terminamos hablando con la persona que se sienta a nuestro lado, con la que compartimos mesa o con la que duerme en la litera de arriba o de al lado. También sucede que sentimos cierta predisposición a hablar con determinadas personas, sin saber muy la razón que lo explica. Por el contrario, con otras la conversación no pasa de un hola o ni siquiera eso. En este sentido fue todo un acierto comenzar el encuentro con una breve auto-presentación para explicar cuál es nuestra trayectoria y los proyectos en los que estamos inmersos. Me sorprendió la gran diversidad de trayectorias personales e iniciativas, aunque con un denominador común: el inconformismo con la realidad presente y las ganas de trabajar en pro de un cambio radical en el discurrir histórico de la humanidad antes de que el proceso de deshumanización y destrucción de la tierra sean irreversibles.
Tras las auto-presentaciones llegó el turno de las charlas y ponencias. La primera fue la de Félix Rodrigo Mora que nos habló de sus libros inéditos sobre la Segunda República y la Alta Edad Media. No voy a comentar nada de la disertación de Félix, ya que él no quiso que se grabara y habló de ciertos asuntos que sólo quería compartir con las personas que participamos en el encuentro. Lo que sí quiero hacer es hablar de la impresión que me ha causado la personalidad de Félix. Me gusta observar a las personas para intentar vislumbrar lo que fluye en su interior. Esa tarde Félix me pareció una persona muy cansada y meditabunda. Al día siguiente lo noté mucho mejor. No obstante seguía en ese estado de profunda concentración en lo que escuchaba y de toma de anotaciones en las hojas de papel que portaba en su mano. Con los ojos cerrados y evidente relajación corporal mantenía los ojos cerrados para no perder detalle de lo que se decía en el amplio salón de reunión que nos acogió estos tres intensos días de trabajo. Como uno más, sentado en el círculo que formamos para facilitar la comunicación, pedía la palabra para hacer algún comentario o intercedía para que otros pudieran hablar. En la relación de tú a tú mantiene esa misma actitud de escuchar más que de hablar. Durante estos días he tenido la oportunidad de compartir en al menos dos ocasiones mesa y mantel con Félix. La verdad es que no hemos hablado mucho. Así que no sé lo que él piensa de mi y ni tampoco lo que yo pienso de él. Creo que después de estas palabras Félix ya sabe cuál ha sido mi impresión sobre su personalidad.
El sábado fue una jornada muy intensa. Terminamos todos exhaustos. Menos que puede despejar mi mente y tonificar mi cuerpo durante la estupenda sesión de yoga que nos ofreció Leire Saitua: una magnífica profesora. Os lo aseguro. Sé de lo que hablo.
El día comenzó con la presentación del documento desarrollado antes del encuentro por Sofía Armenteros. Desde mi punto de vista estuvo muy bien. Era necesario conocer el marco teórico y el análisis de la situación actual por la que pasa el mundo y nuestro país. Tras la alocución de Sofía tomo la palabra Jorge Rulli para presentar el libro “La Tiranía de los Derechos” de su amigo Brewster-Kneen. Todos nos quedamos boquiabierto al ir escuchando la biografía de Jorge y la extraordinaria sabiduría que desprendían sus palabras. Ofreció datos impresionantes sobre los oscuros negocios que están detrás de buena parte de la política internacional. A mí, personalmente, me impresionó saber que tras el desbloqueo del embargo a Cuba se encuentran la sucia mano de la multinacional Monsanto.
Rafael Rodrigo ofreció una charla sobre las consecuencias de la Ley Integral contra la Violencia de Género. Este es un asunto complejo y delicado. Lo que parece evidente, y la charla de Rafael demostró, es que su redacción supone un auténtico despropósito cuyo único propósito ha sido incrementar la tecnoburocracia tentacular y transmitir una imagen muy negativa de un género: el masculino.
De los textos que se leyeron en la primera parte de la mañana todos coincidimos en resaltar el interés del análisis sobre Podemos realizado por Esteban Vidal, que al final no pudo asistir al encuentro. Me hubiera gustado intervenir para hablar sobre el concepto de intelectual. Desde mi punto de vista, un intelectual es toda aquella persona que goza de una vida interior plena dirigida al fomento de la bondad, la búsqueda de la verdad y el desarrollo de su capacidad creativa. Otros, como los que describe Esteban Vidal, también mantienen activo su pensamiento, pero lo dirigen hacia el poder y la exaltación de su ego. Nosotros, los que participamos en el proyecto de revolución integral, somos herederos de una tradición intelectual emprendida por autores como Blake, Ruskin, Morris, Emerson, Whitman, Thoreau, Melville, Hugo, Zola, Mazzini, Tolstoi, Dostoievski, Ibsen, Geddes o Mumford, entre muchos otros, que denunciaron los resultados que para el ser humano ha tenido el proceso de mecanización y conquista física. Como una sola voz, protestaron contra los sacrificios y brutalidades inhumanas, el grosero materialismo y el craso olvido de la personalidad humana equilibrada y plena.
En la segunda parte de la mañana del sábado se dedicó a la reflexión sobre la autotransformación del sujeto. Participaron Ricard Vidal, que nos habló de manera muy acertada sobre el silencio; se leyó el texto preparado por mi apreciado amigo Blai Dalmau; Álvaro Gutiérrez abrió su corazón para hablarnos de todo el aprendizaje adquirido entre logros y fracasos; y también tuve la oportunidad de presentar mi libro: “la espiral de la vida. El camino hacia la Vida Buena”. En apenas diez minutos intenté explicar el funcionamiento de las “máquinas pensantes” diseñadas por Patrick Geddes, que han sido revisadas y actualizadas por un servidor. Y no lo conseguí. Era una pretensión pueril. Resulta imposible explicar un tema tan complejo como mi investigación en diez minutos, cuando para lo mismo he necesitado para mis alumnos del Máster de Educación de la Universidad de Granada varios días de intenso trabajo y explicación. Espero al menos haber suscitado el interés sobre este proyecto en algunos de los presentes al encuentro.
La tarde del sábado fue por igual intensa que agotadora. Llegó el momento de reflexionar sobre la revolución integral. Fueron muchos los intervinientes con ponencias muy interesantes. La presentación del documento marco corrió a cargo de Laia Vidal. A continuación Joan habló del proyecto de Can Tonal, información complementada por Gorka Pinillos que trató la experiencia de la Cooperativa Integral. El tono de la conversación cambió cuando intervino Eduardo Martínez. Como buen artista preparó a los asistentes con una breve canción y uno sones de su guitarra. Era una preparación necesaria para hablar de erotismo y de su novedoso proyecto de revolución erótica. Sin salirnos del mundo del arte tomó la palabra Irene García que nos ofreció una estupenda charla sobre el papel del arte en el cambio de paradigma que estamos intentando propiciar desde la revolución integral. Pienso que animado por el espíritu artístico que se respiraba en la sala, Miguel Vázquez utilizó un tono provocador y dramático para exponernos su visión de la realidad y el modo de enfrentarla. Miguel tiene una personalidad arrolladora y ambivalente. Llama la atención su mirada limpia y su corazón ardiente. Es una persona de la que uno sabe que no duraría en ofrecer su vida para defender a sus compañeros. Dispuesto a luchar, como reza en el juramento de los jóvenes ateniense, “solo o con el apoyo de todos”. Una persona que aúna fuerza en la voz y una exquisita sensibilidad que le lleva a emocionarse ante el tierno brote de un roble.
El segundo bloque de la tarde del sábado estuvo dedicada la reflexión sobre estrategias y tácticas. La ponencia marco corrió a cargo de Karlos Luckas. Karlos es uno de los referentes del movimiento que ha venido a llamarse de “revolución integral”. Al principio me quedé un tanto descolocado. Habla de la “gente” sin que supiera a quien se refería. Esta “gente” era la que había tomado la iniciativa de organizar este encuentro. Y ellos, los otros, eran él, Félix y me imagino que también Prado: los intelectuales. Él no se identificó como tal, pero era fácil adivinar que marcaba una clara diferencian entre la gente y los grandes popes de la revolución integral. No deja de ser curioso que posteriormente el ponente criticara el pensamiento de Auguste Comte precisamente por la rígida división social que el célebre filósofo francés estableció entre “gentes”, “jefes”, “intelectuales” y “emocionales”. No obstante, la conferencia estuvo realmente bien. No cabe duda que es una persona con una dilatada trayectoria política e intelectual que nos ofreció una brillante ponencia y bien argumentada exposición sobre las estrategias y tácticas que son necesarias desplegar para unir los objetivos con las acciones y éstas con los logros que seamos capaces de alcanzar juntos mediante la voluntad y la constancia.
Es necesario, como bien indicó Karlos, clarificar los objetivos de la revolución integral. Quizás este trabajo sea el que tendríamos que abordar en la próxima reunión del proyecto de revolución integral. Pienso que este primer encuentro ha cumplido con creces el objetivo de conocernos en persona y saber cuáles son las líneas de trabajo de cada uno de nosotros. Los documentos elaborados por Félix Mora, Prado Esteban, Sofía Armenteros, Laia Vidal y Karlos Luckas, entre otros, constituyen un magnífico punto de partida para aclarar el qué, el por qué y el cómo de la revolución integral. Respecto a esta última cuestión parece evidente que se plantean a priori dos opciones: tomar el poder o separarse de él. Desde mi punto de vista, los cambios que han sido efectivos a lo largo de la historia son aquellos que arañan las máquinas de la estructura de poder interrumpiendo el orden y desafiando las normas. Un ataque de este tipo no aspira a tomar la ciudadela de la autoridad, como decía Mumford, sino a alejarse de ella y paralizarla sigilosamente. En cuanto se extiendan estas iniciativas, -entre las cabe citar al movimiento neo-rural o las ciudades en transición-, la autoridad volverá a la fuente adecuada: la personalidad humana y las comunidades basadas en la cercanía y las relaciones cara a cara.
La primera pregunta que deberíamos plantearnos es la siguiente: ¿Qué es la revolución integral? Para mí se trata de un movimiento cívico que tiene como principales objetivos la defensa, potenciación y renovación de la vida, el fortalecimiento de la vida interior y la elevación de la condición humana. Sus integrantes, con su voluntad y esfuerzo constante, quieren contribuir a que todas las personas tengan la oportunidad de gozar de una vida digna, plena, rica y significativa. Una vida, en definitiva, que merezca ser vivida.
El cómo conseguir la transformación que buscamos requeriría una extensa argumentación. No obstante, creo que esta palabras de Lewis Mumford resumen bien el proceso: “solo aquellos que día a día tratan de renovarse y perfeccionarse serán capaces de transformar nuestra sociedad, mientras que aquellos que estén ansiosos por compartir sus altos dones con la comunidad entera, -en verdad con toda la humanidad-, serán capaces de transformarse a sí mismos”. Este proceso de autoeducación y autodesarrollo era conocido en la Grecia Clásica con el nombre de Paideia.
Para el hombre y la mujer despierta, la propia vida es esencialmente un proceso de educación, realizado a través de la maduración, la crisis, y la renovación. Merced a este proceso educativo emergen las más plenas potencialidades de la comunidad y de la persona. Esta filosofía no segrega el aprendizaje de la vida, o el conocimiento de la acción. El ser humano del que estamos hablamos nunca abandona la “escuela”, porque en ningún momento cree que haya completado su educación. Este es, desde mi punto de vista, el único medio eficaz para constituir un cuerpo social orgánico en el que cada uno de sus miembros han desarrollado al máximo su capacidad de equilibrio, universalidad y totalidad. Este último aspecto es fundamental para alcanzar el éxito en una empresa de cambio social como la que pretende el bloque para la revolución integral. Cada uno de nosotros, como las células de un organismo biológico, debe poseer las capacidades y los conocimientos para llevar a cabo cualquiera de las funciones necesarias para la supervivencia del grupo, aunque desarrolle alguna en particular. Tales conocimientos y destrezas, a diferencia de las células, no son inconscientes, sino que deben adquirirse a través de la paideia o la educación.
Tal y como nos recuerda Werner Jaeger en su estudio “Paideia: los ideales de la cultura griega”, “la democracia, con su apreciación optimista de la capacidad del ser humano para gobernarse a sí mismo, presuponía un alto nivel de cultura. Esto sugería la idea de hacer de la educación el punto de Arquímedes en que era necesario apoyarse para mover el mundo político”. Las ideas de Jaeger sobre la paideia fueron resumidas por Lewis Mumford en su obra “Las transformaciones del hombre”. Según la lectura que hace Mumford de este término, la paideia, -tarea que debe de convertirse en la principal de la vida del hombre democrático-, “es la educación mirada como una transformación de la personalidad humana que dura toda la vida, y en la cual todos los aspectos de ella desempeñan un papel. A diferencia de la educación en el sentido tradicional, la paideia no se limita a procesos de aprendizaje consciente, ni a iniciar a los jóvenes en la herencia social de la comunidad. La paideia es más bien la tarea de dar forma al acto mismo de vivir, tratando toda ocasión de la vida como un medio para hacerse a sí mismo, y como parte de un proceso más amplio de conversión de hechos en valores, procesos en finalidades, esperanzas y planes en consumaciones y realizaciones. La paideia no es únicamente un aprendizaje: es un hacer y un formar, y la obra de arte perseguida por la paideia es el ser humano mismo”.
Disculpen esta extensa digresión. Vuelvo a la crónica del encuentro sobre revolución integral. Tras las palabras de Karlos Luckas habló César Lema. Él nos contó su interesante experiencia vital que le llevó desde una pequeña aldea gallega a la Universidad para estudiar biología, todo ello animado por su temprana vocación en la recolección y estudio de los recursos silvestre. César es un gallego de pura cepa. Tiene ese singular humor, esa tranquilidad y bondad tan propia de los oriundos de Galicia.
Fernando García es una de las personas con las que he percibido mayor grado de afinidad profesional, intelectual y cívica. Ambos hemos trabajo en unidades técnicas dedicadas al diseño y promoción de proyectos de dinamización económica basados en el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y culturales del territorio. Además mantenemos en nuestras respectivas localidades una comprometida y activa actividad cívica en la defensa del patrimonio natural y cultural. Pensamos de manera global, pero actuamos en el lo local, con todos los problemas que acarrea enfrentarse al poder no de manera abstracta, sino hacerlo con las personas poderosas de tu pueblo o ciudad. Como decía Mumford, alguien tiene que oponerse al complejo del poder, enfrentándoles a sus propias contradicciones e incoherencias. Mientras que alguien lo haga la megamáquina sentirá granos de arena que no impiden su funcionamiento, pero poco a poco van erosionando sus engranajes hasta que un día imprevisto se pare. Esta es la esperanza y la lucha que anima a gente como Fernando y como yo.
Antonio Alduán compartió con nosotros su rica experiencia vital. Hablo con el corazón, aunque este latiera con tanta fuerza que no dejaba salir las palabras de su boca. Pero lo hizo y dio un testimonio de vida muy valioso. Antonio es de aquellas personas valientes y decididas que buscaban y logran la coherencia entre lo que piensan y lo que hacen.
Alfredo no encontró el texto que buscaba en el móvil, pero sin duda es una persona brillante y comprometida. Tuvimos la oportunidad de charlar un rato sobre Ceuta y las complejas relaciones sociales e identitarios que se dan en contextos pluriculturales como la ciudad en la que vivo. Alfredo tiene mucho que decir en la revolución integral y sin duda lo hará.
Isa Galindo es una persona realmente entrañable, simpática y cariñosa. Dotada de una gran sensibilidad emocional y un gran amor por la naturaleza. Nos habló del desarrollo de las monedas locales, un tema importante que domina a la perfección. Isa va a la concreto. Si la economía es básicamente un intercambio de bienes y servicios a través de unos elementos simbólicos como las monedas habrá que cambiar estas últimas si queremos transformar la economía. Isa va al grano y a lo concreto. Que el campo está sucio no espero a que nadie lo limpie por mí: “me agacho y lo hago yo misma”.
Con las palabras de Isa terminamos la sesión vespertina. Cenamos y luego disfrutamos de una alegre fiesta animada por la voz, la guitarra y otros instrumentos musicales, aderezada con un sorbos de hidromiel traída por nuestro querido amigo David Algarra. Yo me retire pronto, pero me consta que la fiesta continuó tras bien entrada la madrugada. Según me contaron la sesión de chistes fue muy buena.
La fiesta sabatina quedaba reflejada en los rostros de algunos compañeros a la mañana siguiente. Una vez recuperado en el tono con el desayuno nos hicimos una foto de grupo antes de emprender un agradable paseo por el bosque cercano.
Contamos con unos guías extraordinarios: José María Peiró, Miguel Vázquez y César Lema. Mi querido amigo José María fue el primero en hablar. Me encanta la ternura y el amor con la que José María habla de los árboles. Ver y escuchar a mi amigo Peiró me ha hecho considerar en serio la posibilidad de la reencarnación. José María es la perfecta reencarnación de un druida. Desprende bondad y sabiduría por cada uno de los poros de su piel. Su sensibilidad es exquisita. La lectura que hizo de un poema de Tagore llegó a emocionarme.
De Miguel Vázquez ya he hablado. Tiene una personalidad muy marcada en la que se complementan una gran fuerza expresiva y dramática con una sensibilidad profunda y conmovedora. Se agachó para mostrar un brote de roble con gran mimo y amor. Nos explicó la enorme riqueza vital que fluye en un metro de bosque. Estas palabras me hicieron recordar la reciente lectura del libro “en un metro de bosque. Un año observando la naturaleza” de David George Haskell (editorial Turner, 2014).
El ambiente de expectación ante la belleza del bosque y la cantidad de información que aporta una lectura atenta y detallada del paisaje fue aumentando a cada paso que dábamos. Algunas personas seguían de cerca a César Lema y otras seguían los comentarios de Félix sobre la cultura popular relacionada con el uso y disfrute de los bosques en la España rural.
Nos podríamos haber tirado todo el día en el bosque, pero teníamos que volver concretar las acciones y la estrategia que nos permitirán avanzar por el largo y complejo camino de la revolución integral. Una vez en la sala de reuniones la primera en tomar la palabra fue Prado Esteban. Casi todo lo que dijo me pareció muy oportuno y acertado, sobre todo su insistencia que tiene para el proyecto de revolución integral el desarrollo de la creatividad y el fomento de la imaginación que tiene su plasmación más concreta en el arte. Lo único que no me gusta en la utilización del término “seres nada”. Uno de los momentos que menos me gustaron del encuentro fue cuando un compañero se presentó de manera amarga como un “ser nada”. No existen “seres nada”, desde mi punto de vista. Existen personas que por distintos motivos no han conectado con su “yo cósmico” o Ser espiritual, si les gusta más este término. Todos los seres humanos estamos dotados de la misma dignidad y valor existencial. El problema es que no todos, por razones autoimpuestas o por la descabellada acción del complejo del poder, llegan a adentrarse en el cuadrante de la vida interior plena a la que sólo podemos llegar mediante una educación integral que contempla la educación de los sentidos, la educación experiencial y la educación emocional.
El núcleo de la vida interior plena corresponde a los ideales sociales, económicos, políticos y espirituales que caracterizan a la sociedad en la que nos ha tocado vivir. A partir de ellos establecemos la ética que nos guía por el camino de la búsqueda de la verdad y damos forma a los símbolos con los que modelamos nuestros proyectos creativos. Unos proyectos que debemos poner en práctica mediante la acción combinada de la política, la cultura y el arte. Si algo nos falta para avanzar por el camino del que acabo de dibujar un bosquejo es ambición espiritual. Y este tiene que ser uno de nuestros principales objetivos: conseguir el despertar de unas consciencias adormecidas y unos espíritus ahogados en un mar de distracciones frívolas y vacuas. Desde luego no creo que vayamos a conseguir mucho si lo primero que le decimos es que son unos “seres nada”.
En el plano más concreto se trató, por parte de David Algarra, de la continuidad de la página web y la presencia en las redes sociales. También aportaron interesantes propuestas José Francisco Escribano, Fernando García y Leire Saitua con su mandala, además de las muchas personas que propusieron distintas acciones y proyectos. Queda pendiente una lectura atenta y detallada del documento de estrategia preparado por Karlos Luckas. Creo que lo mínimo que podemos hacer para compensar el esfuerzo y la generosidad de Karlos para redactar la propuesta estratégica es leerla, comentarla y discutirla para avanzar en este proceso de revolución integral.
Lo último que hicimos fue escribir en un posit nuestra opinión sobre el desarrollo del encuentro y las impresiones que lo llevamos de estos tres días de intenso trabajo y cercana convivencia. Por lo que a mí respecta considero que el encuentro ha sido un éxito organizativo que debemos agradecer y reconocer al equipo organizador, encabezado por Sofía Armenteros y David Algarra. Sólo tiempo, el grado de compromiso personal al que tenemos dispuestos a llegar, la voluntad y el esfuerzo determinarán la aportación que este encuentro tendrá para el proceso de revolución integral que en estos momentos de mutación de la consciencia está tomando forma definitiva.
Todos y cada uno de nosotros estamos llamados a tomar una parte activa, “solos o con el apoyo de todos”, en la conformación de una nueva relación con el lugar, en la modificación de los actuales principales que rigen el orden mundial y en la redefinición de nuestras relaciones sociales que debemos dirigir a la bondad, la verdad y la belleza. Necesitamos para ello una nueva educación y una formación integral. Los más jóvenes del grupo de participantes en el encuentro fueron unánimes al reclamar una decidida acción formativa y educativa en el campo de la educación integral. Todo ello, insisto, tiene que llevarnos a conseguir despertar la apagada vida interior, tanto espiritual como intelectual y creativa, que caracteriza al ser humano posthistórico que pueblan nuestras ciudades y pueblos. A partir de estos cimientos intelectuales tenemos que construir, o más bien reconstruir, nuestras ciudades y aldeas, además de iniciar un ambicioso plan de recultivo de nuestros paisajes. Como bien dijo Félix, junto a un grupo de pinos reforestados, este trabajo de recultivo de los paisajes es difícil, duro y requiere una enorme voluntad y esfuerzo continuado…Pero la esperanza existe. Los primeros brotes de este Mundo Nuevo están echando raíces, incluso en los terrenos más agrestes, como esta semilla de roble que emocionó a Félix y a otras personas que estábamos a su alrededor en ese momento.
Este brote de roble es una perfecta metáfora de la semilla de este Mundo Nuevo que nos hace albergar esperanza sobre el futuro del planeta y la propia humanidad. Espero que este roble crezca con la misma fuerza y vitalidad que este movimiento de revolución integral. Algún día puede que nuestros hijos y nietas se sienten a su sombra y recuerden que la semilla de la revolución integral empezó a brotar el 3 de mayo de 2015.